En una habitación tranquila, podemos encontrar la quietud. Y en esa quietud, podemos contemplar nuestra propia mente.
Lo que a menudo encontramos es que la mente está muy inquieta. Quiere ocuparse de mil cosas, porque siente cierta incertidumbre y miedo. Quiere arreglar los problemas, ocuparse de todo lo que no se ha hecho, averiguar si todo va a estar bien. Quiere satisfacer todas nuestras necesidades, desde las de supervivencia hasta las de significado, conexión y amor.
La mente está inquieta, queriendo arreglar todo, conseguir todo lo que necesita.
¿Qué pasaría si pudiéramos permitir que nuestra mente descansara, asentándose en la plena suficiencia de sí misma tal y como es?
No necesitaríamos nada en cada momento, aparte de lo que se requiere para la supervivencia física. Eso no significa que no hagamos nada (¡aunque podríamos hacerlo!); más allá de nuestras necesidades, podría haber un deseo sincero de hacer algo bueno por nosotros mismos o por los demás, pero no tiene por qué provenir del miedo.
Hay una tranquilidad, una paz, que puede venir con este tipo de práctica.
Hay un sentimiento de que somos suficientes. Que todo lo que necesitamos ya está contenido en nosotros.
Es una práctica para toda la vida.
Ritual personal para una Mente Autosuficiente
Te recomiendo que empieces así:
- Siéntate en un lugar tranquilo. Eleva las caderas por encima de las rodillas con un cojín, para darte más estabilidad y comodidad. Siéntate en una postura erguida pero relajada. Los ojos pueden estar cerrados o ligeramente abiertos con una mirada suave hacia abajo.
- Busca la quietud. Permanece en este lugar durante al menos 5-10 minutos, más tiempo si lo deseas. No es necesario que sea mucho tiempo, pero cuando te sientas inquieto, quédate un poco más para practicar con esta inquietud.
- Descansa en la experiencia directa. Deja que tu atención se dirija a las sensaciones de tu cuerpo, las sensaciones del momento presente. Estas sensaciones son la experiencia directa del mundo. Descansa tu mente en esta conciencia abierta de la experiencia directa, sin necesidad de hacer nada más que presenciarlas.
- Observa la mente. Tu mente querrá apartarse de esta experiencia directa. Eso es porque se siente intranquila. Quiere satisfacer sus necesidades, o arreglar los problemas, o lidiar con las incertidumbres o el miedo. No pasa nada. Observa a la mente hacer lo suyo. ¿Qué es lo que intenta arreglar? Observa el miedo o el deseo subyacente mientras la mente intenta hacer lo suyo.
- Aprecia la cualidad luminosa de la mente. La mente es como una energía que intenta hacer lo mejor posible para sobrevivir. No es consciente de que ya es brillante, abundante, suficiente. Es luminosa y hermosa. Podemos empezar a apreciar estas deliciosas cualidades de la mente. Esto requiere curiosidad, aprecio y mucha práctica. Sigue practicando.
Ve a sentarte, practica y hazme saber lo que encuentras.
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